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AMPA "LA GALLOMBA" CEIP EL ZARGAL

Los deberes escolares son para los hijos

Los padres  deben supervisar  los trabajos del colegio, pero nunca realizarlos


ABC

Que ningún padre se equivoque: los deberes escolares son responsabilidad de los hijos. Aunque, sin duda, los progenitores no pueden descuidar su papel en las tareas escolares, pero tampoco estresarse o agobiarse por ello.

Como en todo, se trata de encontrar el equilibrio. A los padres les corresponde vigilar, apoyar y seguir que los chicos cumplan con los trabajos encargados por el profesor, e incluso, a veces, hasta resolver las dudas que surjan, pero nunca, y en ningún caso —dicen los expertos—, pueden hacer los deberes.

La carga que suponen para muchos padres las tareas escolares ha abierto un debate de plena actualidad en Francia. Sin embargo, en España, la mayor parte de la comunidad educativa defiende el valor de los deberes en casa. De hecho, parece que las familias también tienen asumida esa responsabilidad, pues el 80% de los alumnos en Primaria reciben ayuda de sus padres para hacer los deberes y el 45% de los estudiantes en Secundaria, según la «Encuesta sobre los hábitos de estudio de los niños españoles», realizada por TNS Demoscopia.

«Los deberes afianzan muchos aprendizajes de clase, sobre todo en etapas clave, como el aprendizaje de la lecto-escritura o del cálculo numérico», afirma Sílvia Álava, directora de área de infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Y aportan además valores de gran trascendencia para los niños, como explica el pedagogo y profesor de la Escuela de Familia de la Fundación Proforpa, José Luis Carbonell. «Ayudan a estructurar el tiempo, a crear hábitos de trabajo, de orden y superación, estimulan el aprendizaje del colegio, permiten ejercer la responsabilidad y refuerzan el razonamiento y la memoria». Y eso se hace, casi, desde la cuna.

En busca de la autonomía Y para lograr todos esos beneficios, a los padres les corresponde fijar las reglas de juego. Por ejemplo, adecuar un lugar para el estudio, establecer un tiempo de trabajo y de descanso, darles pistas y recursos para resolver las dudas... «La labor de los padres —continúa Álava— consiste en ayudar a organizarse cuando son pequeños y resolver dudas al final. Los padres no tienen que estar sentados en una silla al lado de los niños haciendo los deberes, tienen que resolver dudas y supervisar. El niño debe aprender a trabajar de forma autónoma y hacerse responsable de sus deberes». Y hay que hacer examen de conciencia, apunta esta psicóloga: «Hay padres que intentan recuperar el poco tiempo que pasan con sus hijos ayudándoles en exceso con los deberes.

Para un niño no hay mejor premio que la atención de sus padres, pero hagámoslo después de que el niño haya cumplido con sus obligaciones».

Nunca hay que caer en el error de hacerles los deberes. «Es preferible que acudan a clase sin los deberes hechos —aconseja Carbonell—. Cuando no sepamos ayudarles ni darles recursos para sus dudas y el alumno no llega a resolver un ejercicio, es preferible dejarlo sin hacer. Y acompañar una nota al profesor diciendo que el chico se ha esforzado, lo ha intentado, pero no lo ha resuelto».

REGLAS DE ORO

A cada edad su tiempo. Con 15 minutos es suficiente para que los más pequeños lean o ejerciten cálculos matemáticos. De 6 a 8 años: entre 30 y 40 min. De 8 a 10 años: 60 min. A partir de esa edad: entre 60 y 90 m. En Bachillerato: entre dos y tres horas.

Establecer una hora de comienzo y otra de finalización. No es bueno que comiencen sus deberes nada más llegar a casa. Es preferible que merienden y se despejen un poco. Dedicar un rato al juego antes de la cena. Hacer una pausa de entre 2 y 10 min. cada hora de estudio.

No empezar por la asignatura más difícil. Pasados 30 minutos es cuando los niños alcanzan su máximo rendimiento. A la hora y media, el rendimiento disminuye. Deben afrontar asignaturas más fáciles. A partir de los seis años ya son autónomos para empezar a hacer los deberes solos.

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